CABINAS

Entre tanta era tecnológica, repleta de avances y proliferación de sofisticados terminales telefónicos...quiero hacer un pequeño viaje en el tiempo para rememorar la figura de las denostadas "cabinas telefónicas"

He de confesar que mi relación con ellas se produjo, en un principio, de una forma un tanto atípica...con un pavor fruto de aquella peli que tanto me impactó..."La cabina"...donde el gran Jose Luis Lopez Vazquez se quedaba para siempre encerrado entre sus cuatro acristaladas paredes. Sin duda fue la culpable de que siempre dejara el pie, la carpeta o lo que fuera para que no se cerrara del todo...

Pero entonces llegaron los años en los que te morías por escuchar la voz de esa chica que tanto te gustaba(aún me sigue produciendo la misma sensación..y mira que han pasado ya unos añitos¡¡)...y claro...en tu casa no podías llamar porque había mil orejas y ojos clavados sobre tí...así que durante un tiempo ibas sisando unas moneditas de lo que sobraba del pan...del periódico..para hacer acopio de tiempo.

Y entonces te dirigías a Ella..tan majestuosa..con sus brillantes cristales,,y.....
¡¡uno dentro hablando¡¡...era inevitable esperar cola..sólo pedías que terminara pronto para que no se te olvidara todas aquellas frases que la ibas a recitar...
Pero el tiempo pasaba y empezabas a observar como el que estaba hablando echaba otra moneda, y tú ..otra maldición¡¡

Y entonces te fijabas en como se le ponía cara de embelesado ....como jugueteaba con ese cable metálico..como se dejaba caer sobre la bandeja mientras se daba la vuelta y se le enrollaba el cable al cuello como una Boa constrictor..y tú pensabas...aprieta y ahogale..a ver si así termina ya de hablar¡¡

Y así hasta que al fín salía, y podías por fin entrar en ese ansiado templo...y cerrabas la puerta, no del todo, y con dedos temblorosos empezabas a marcar , con la esperanza de que fuera Ella, con su voz de ángel la que descolgara el teléfono..y no la voz grave e inquisidora de su señor padre¡¡ Al cabo de un buen rato, que tu hubieras jurado que apenas habían pasado segundos, te dabas la vuelta, con cara de embelesado y un par de circulares metálicas enrolladas al cuello y notabas una larga fila de ojos inyectados en sangre que se clavaban sobre tí

Pero tú salías con una gran sonrisa...como un emperador tras la batalla y no te importaban esas miradas pues tú paseabas entre las nubes.

Todo esto es el peaje que hemos tenido que pagar en esta era tecnológica...donde sabes quien te está llamando...donde no hay intimidad para hablar sin que te escuche todo aquel que se cruce en tu camino

El otro día me quedé sin móvil y quería llamarte, pero ya no encontré cabinas, para decirte una cosa..una sola cosa...